VÍCTOR TOLEDO
(México, 1957)
de
Del mínimo infinito
CANTO DE ÁCAROS*
Somos
los habitantes del polvo
tenemos cuerpos de enterodáctilos, de aligatores, de tiranosaurios
no
hay nada que alegar, un tirano por entero nos pensó con un dactilo.
Después de tu lectura poblamos la meseta del asombroso libro
que
reposar parece sobre la inercia consciente de la mesa
donde
tus dedos escriben sin saber la orografía.
Corremos en tropel por las pestañas brillantes de tu amada
si
nos pudieras ver tu éxtasis huiría
necesitaríamos una categoría más allá de lo sublime
si
pudiéramos ver Todo
donde
lo mínimo infinito y lo máximo finito se abrazaron.
No
puedo evitar la danza de palabras
que
ayudan a intentar lo inexpresable:
somos
los cántaros de la nada, los cácaros del aire
los
ícaros del Ser, los aros del cero, los iris de acero
los
oros del pordiosero, los raros del agua solar
que
muda te cambia que riendo te muda
los
cátaros replegados en los pliegues
los
caros del polvo donde cada partícula que gira
carga
un diluvio, una lucha sin tregua y tararea
la
partitura lunar del Sinaí y el oro blanco, la aurora, de Ararat.
*
Seres microscópicos del polvo. Arácnidos traqueales, trasmiten virus.
CANTO DEL CARACOL
Desde
el heliotropo vengo a cantarte
tropos de nocturno helio
esbelta babosa-tigre.
Girando enredados en lunares melodías de brillos
en
dos espirales abrazadas que eyaculan la atmósfera azul
en el
tallo del ciprés dejamos impregnada la Vía Láctea
con
la impronta impaciente del amor
tallando de aceites alados nuestro celo
nos
arrastramos hasta el cielo
y
descolgamos vertiginosos nuestro vals.
De
nuestras cabezas brotaron nuestros sexos
para
enredarse también con el dilema:
¿Quién nos sembró con los ojos
Entre el telescopio y el microscopio?
¿Quién guió lúbrico al resto de la mano que escribe a observarnos?
Si
nosotros sabíamos de su escritura tosca
-quizá reflejo neurótico de dios-
A
través de los ojos de los astros que cruzan su ventana.
Un
espejo cuando en otro se refleja
repetido al infinito hasta lograr la Nada
puede
atrapar la irrealidad como esta mano
que
danza enamorada espirales
Enredada en su molusco cortejado.
LA ORUGA
Pequeña nube de oro y agua
Protegen las hormigas
-Las letras alineadas de la hoja
El cielo bajo el peso de ligeros ríos-
Entrega a cada una
Una nota de miel
Gota de Sol
Y da su mejor lección: las encanta
Las atrae y las atrapa
Con la canción silenciosa
Tejida con la vibración de sus pies
Diminutos en la rama
De agua, oro, nube, miel
Así en la oruga ha renacido Orfeo
-No es la fea arruga de aquel verso
No sentido, sin sentido-
Y sus alas extiende en el agua desplegada
Del cristal estrellado que se unió:
Si el poeta quiere alcanzar este poder
Que tome de ese canto la dicción
SINCRONICIDADES
(CANCION DE CUNA PARA BEDZHE, DANINISA Y YAROSLAVA)
Al
norte de Siberia (Siberia significa Norte)
Hay
un río llama que se llama Kolima*
(Si
Beria no te sacrifica siempre llegas a su llaga)
En
Rusia (en el corazón esbelto del Invierno)
Hay
una Rosa roja y blanca
Un
hongo que se llama Mujamor
Muje
su amor para las moscas
Que
arrulla para siempre en el arroyo.
Arriba de la sierra Mazateca
Canta
un hongo llamado Pajarito (Kant no canta)
Adentro de su carne hay una lengua para el rito
(Se
convierte en grulla Nadando y anidando bajo el río).
En
ruso y didxazá palo es yagá
Baba mujer, la comezón
Si el
río ríe: rí será
Y el
cielo como el agua está al revés:
Mientras en ruso nieba aquí es ibá
Y
agua es nisa allá vadá
En la
cabaña (izbá o biazi) el juego fuego
Babeando y balbuceando es Babá Yagá.
La
Dx, la Zh, la Sh, la Z son iguales
-¡Sh..! Las alas del Dragón también.
Su
madre es rusa su abuela binizá
¿El
cocoloco de su padre qué será?
*
Kolima es la región siberiana donde murió confinado Osip Mandelshtam.
CONTINUACION DEL SUEÑO DE JOHN DONNE
Iosiv
Brodsky se ha dormido, se ha dormido su John Donne
y su
Pushkin, su Platonov, se han dormido
y su
Shestov.
Duermen sus amigos, las campanas cristalinas del invierno
en el
enojo de su maestra Axmátova, y el corzo en el soto nervioso de su
mano.
Duermen sus largos versos de halcón y el divertimiento mexicano para
Octavio Paz.
Los
“versitos de Pasternak”, su amigo Derek y el Reino del Caimito
y al
descuerdado corazón de Mandelshtam
no
despierta el tambor de Mayakovsky.
El
todo sueña con la nada, el agua sueña con el fuego
el
sueño sueña (sólo Ulises dobla el arco del tiempo)
su
tonta asíntota triunfar: sí hay regreso
Y la
flecha emprende eterno vuelo, detenida.
Duerme el latido de la púrpura en su lecho cardiovascular
el
rítmico látigo del padecimiento: su puño azul cansado fuma
y
sueña el humo de su cigarro-pluma, sueña la realidad
y el
mundo despierta en este sueño.
Duerme el mínimo polvo de las alas de las mariposas:
el
oro de la punta de las estrellas y el polvoriento polvo de las olas
el
polvo del universo duerme
en su
color azul.
Iosiv
Brodsky sueña que el orbe duerme al fin
la
esfera se ha dormido y sueña que el bardo arrulla el fin
Iosiv
por fin despierta y ve:
vigila el sueño de sus padres con los que ya se reencontró
(se
posaron convertidos en cornejas
en el
hilo destensado del teléfono (su cordón de plata umbilical).
Y el
cajón de cuarto y medio de Leningrado también sueña
en la
caja infinita de los versos.
Sólo
la selva espesa del blanco de la nieve
mantiene su vigilia escandalosa y grita su insomnio: todo duerme.
La
nieve sueña el sueño del poeta, el afilado brillo del diamante del
norte.
Los
traductores y reseñistas sueñan volando sus versiones
hacia
los suplementos del domingo
y
talan epitafios para estar con él, talan bosques, talan tumbas
tallan las durísimas caras del tiempo
pues
todo sueña pero la nieve de la oscuridad no había caído tan seca
y tan
espesa.
Toda
la época descansa con su último poeta.
El
sueño comunista y el camino americano duermen juntos
Y la
odiada profusa pro-rusa prosa rusa
es
la almohada pedestre del ligero inglés
“y
cada verso hermana a otro, aunque en sueños se musiten:
‘haste a un lado’” sueñan
suenan las cadenas de mentiras: Don, don
y los
tirajes, los señuelos de las señas
duermen
eslavos eslabones y esclavas del color
las
levas en las naves que se elevan.
Y más
allá del Neva o del Mississippi
donde
silban sus sueños sinuosos las serpientes
más
allá del Volga o del Colorado
ladran
los ladrillos
de
largometrajes y los acetatos
de la
industria del sueño -las paredes de agua- se revientan.
Nadie
los perturba, el cielo -no la nada- enturbia y los masturba.
Un
diluvio de estrellas una cauda de cometa
una
herida de luz abierta en el oscuro velo
una
mandarina derramando estrellas
una
roja boca estandarte y la negrazul bandera
vagina blanca, se abren para recibir tu sueño.
Sueña
la larga venida de la lluvia de Tarkovsky en la pared
y el
grito cristalino de la mar
azul
azoro del azor
que
“cae” como el poeta: cuando asciende.
Cae
para elevarse en un sueño de plumas
cobijando al mundo:
“nieva, Neva”
de
Fábulas del Universo
VII
Rueda
dentro de la roca
Rododendro
Acorde grave aligerado
Ligera ave de alas de agua
La
memoria del cosmos
Espeso mar del alma
Tumor
en cerebro espiritual
Mas
al hombre dios otorga
Su
cobija de piedras
La
gruta es un ovario, es un sudario,
Un
cristal clásico y un ágata barroca
Su
rudeza, su dureza
A
través de lo inerte de la piedra
Escarba la inmortalidad de lo que asalta
Y
resulta con la inercia
Hacia
arriba caen las catedrales
Estalactitas
Que
vitrales encienden estelares
Es
una piedra el Cosmos
Entró
por la ventana
( Por
seguir la forma del espacio
Caen
las piedras
Y por
eso una mano detiene siempre la caída
No
hay caída
Todo
está sostenido por partícula divina)
Ya
seas roca, rosa, cielo o tierra
Tu
presencia en el aire (piedra bruta)
Es
inmanente
La
lengua de piedra
Brota frases de agua
Sintaxis de galaxias borbotea
Palabras de piedra
Lanzan lenguas de agua
Surgen astros en cascada
Miradas de palabras:
Abracadabras montadas en los estros
Siniestros antros de la piedra
Prendiendo rostros de la forma
Miríadas de alas de hadas trasparentes
O
coturno de astros del nocturno
Talón
que el telón de su ostra prolifera
Aroma
enredado por la tela
De un
quásar en los dedos desdentados del azar:
Otelo
que en hotel cela su cielo
Pues
inmensa o pequeña cada piedra
-Ni
quien pierda-
Regular o sin forma
Rodando o detenida
Cantando o de canto
Petra
Pérez
O
Pedro Portinari
Se
respeta mutuamente
Y
cada una
guarda una gota, un río
Un
océano de llamas
Y es
el Centro
En el
centro de la Tierra hay una rosa
Muy
adentro de esa gruta hay una luz
En el
ágata azul un diamante está escondido
En el
cetro sueña y suena el destello de una piedra
El
cielo es su reflejo
Y sus brillos los océanos
Es
una onda estrella honda
Donde
crece rosazul
Un
oculto pensamiento
n el
bosque vivimos dentro de esmeralda
Sus
reflejos llegan de los rayos por las hojas
Del
color del agua empantanada
que se
eleva
Del
sabor azul del tiempo aletargado
que se piensa
Sobre
el agua limpia y clara
De
los ojos del lagarto.
Por
esas leves escaleras
Podríamos regresar al mundo aleve
Pero
son nuestros sueños que se alzan
Al
señor
Para
que no salgamos de esta luz.
En la
luna moramos bajo el agua
Somos
peces que flotamos en el aire
De
respiración de plata y nácar
Entre
tules nadamos y abedules
Reflejos del pozo sobre el cielo.
En el
oro habitamos de la cueva
En la
hoguera que canta como un río
En el
nicho del ángel nos dormimos
De
las estrellas tomamos el delirio
Y el
agua que grillos encantaran.
Ver
de antes verdeantes verde oro
En la
runa vivimos en la joya
Que
es el sueño que surge de la vida
Y
estamos liberados de la muerte
Pues
bebemos el agua de la hoja
Cuando llueve cantando Guinivere.
o
tenía un búmerang
y un
perro coli
cada
vez que lanzaba el búmerang
regresaba la cola del perro
zumbando
de no
sé dónde
de una casa de la infancia
de un
día ahogado enmedio de la luz
sobre
un llano luminoso.
Yo
tenía un coliperro
y un
búmerang
cada
vez que lanzaba al perro
el
búmerang regresaba
meneando la cola
no sé de dónde
de un
día maravilloso
mas
solitario de la infancia
villa
dorada del mar
de la
casa de la luz justo en medio del azur.
Yo
tenía una cola de búmerang
del
cielo asomaba
era
su ala desprendida
cada
vez que la lanzaba
de no sé dónde, cada ave,
desde
un día
desdoblado de otra infancia
retornaba tiernamente de lo eterno.
Yo
tenía un búmerang que era un perro
cuando lo lanzaba.
Yo
tenía un perro que era un búmerang
Cuando lo lazaba.
Cuando estaba lejos era un colibrí
Cuando estaba cerca era un caribú.
Pero
yo tenía una era
un
colibúmerang
que
siempre doblaba del cielo de la caza
de la
infancia eterna de la interna luz
con
los ojos luminosos de linterna
ahogados de inmortal felicidad
venida de la casa limpia del azul
Desde
un día que tiene su ola yo sé donde.
Traía
entre las patas el trote de abril
traía
entre las alas más de un marabú.
Cada vez que lo lanzaba taladrante
cada
beso, cada ave, cada suave
cada
vuelo, cada suelo, cada ala
cada
ola, cada cola, caracola
cada alma
cada
oro, cada hora, cada ahora
el
corazón, cada razón, cada zonar
cada deseo
y
Odiseo, cada hada y oda sea
cada Oído
doblando desdo-blando
perforaba la esquina más vertiginosa
más
brillante, más pura y más redonda
del cielo más ladrante.
LA LENGUA ORIGINAL
El
mar es la lengua de la voz original, en sus prados azules se reúnen,
verdeantes, renacidas, las palabras del mundo que las olas elevan y
hacen estallar en un siseo veloz sobre las copas lunares, quemantes de
su espuma.
Cuando alguien muere, retoma en las manos de Neptuno la lengua
universal, comprende al fin todos los idiomas de las épocas y habla
con las cosas a través de la voz efervescente de la fugacidad, o de
una señal inmarcesible en los astros, a los seres que ama, pues abarca
el infinito.
En las campiñas azules, en las viñas doradas del mar,
se extienden todas las palabras, hojas retoñadas, despuntando otros
botones, y el cielo que bajó a la tierra besa, con su morada lengua
enamorada, las costas del mundo, el secreto de los labios, las
redondeadas playas de las piernas: "el poeta ama a la poesía como el
marino ahogado al mar" porque el alma encuentra al paraíso.
Sobre el claro del bosque de senos, lleno de flores
azules y Amarillas, la luna extiende su vestido virgen como un camino.
Y las rusalkas de los acentos callan. Es plenilunio.
Danzan peces multicolores alrededor de todas las
lenguas, de las palabras amadas que fueron y serán, y cuando devoran
alguna, y a su vez el hombre los sustenta, surge otra forma de hablar,
otro giro, otro color, otra expresión, que es la misma del tiempo
inmemorial, y que sólo las húmedas estrellas, las ostras abiertas con
dulzura, suelen recordar.
Sólo los peces, guiados por la Luna, por las dulces
caricias mortales, desovan a ciegas videntes vocablos: el día justo
llega al lugar exacto, pues en las playas del mundo, se extienden
aladas, las luminosas oraciones: las hadas, las amadas palabras.
La lluvia devuelve a la tierra el mar: el esperma
celeste de las (z)etas brotadas bajo la voz del rayo, y entrega a los
olvidados sacerdotes las runas selectas, rutas secretas, tréboles
sagrados, espirales olas, peces parlantes, llaves ignotas de la lengua
original.
l viento -bestia inmortal- el mar
torea.
Le embiste cadera ceñida de
sangrientas sales.
Esmeraldas esmeradas en el oro de
las horas
sombríos capotes en la luz de las
arenas
espaldares en espadas bajo el
coro de las olas
chicuelinas de agua: banderillas
solares
a las verónicas fragantes de su
oleaje
responden con sus oles las
palmeras.
Tiento -fiesta estelar-
sacrificio de alas y soles.
El viento con cuernos lunares la
mar merodea.
Víctor Toledo
(Córdoba, Ver. México, 1957).
Doctor de
Filosofía en Filología
Rusa por la
Universidad Estatal Lomonosov de Moscú (1987-91). Recibió la
Medalla de Honor Presidencial Pablo Neruda del Gobierno de
Chile, Centenario Pablo Neruda 2004.
Ha publicado los siguientes libros: Poemas del Didxazá,
U.V. 1985; Gusilayú: La Casa, Letras Nuevas, SEP. Poesía,
1989; Las ideas estéticas de Barís Pasternak y su época (en
ruso), U. Lomonosov, Moscú, 1992; El águila en las venas (Neruda en
México, México en Neruda). Secretaria de Cultura, Puebla. Ensayo,
1994; La casa de la nube, Margen de poesía # 51, UAM. 1996;
La zorra azul, El ala del tigre, UNAM. Poesía, 1996;
Del mínimo infinito (poemas 1977-1998),
Col. Atarazanas, IVEC, 1998; A la memoria del demonio, Itinerario
de poesía rusa, FYL, UAP, 1999; Borís Pasternak, Poemas.
Pavesas. Hojas de poesía XIII, Segovia, 1999; Retrato de familia
con algunas hojas (Antología mítica), Los Cincuenta, CONACULTA.
Poesía, 1999; Poética mexicana contemporánea, antología-ensayo
FYL, UAP, 2000; Tres poetas rusos (Pushkin, Pasternak, Brodsky).
Ensayos y traducciones. IPN, 2000; y Abla o nadA, colecc.
Asteriscos, BUAP, 2002.
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