JORGE ARIEL
MADRAZO
(Buenos Aires, Argentina, 1931)
NO
QUIERO VER TAN TODO
como quien nada advierte la tiembla ver no
quiero (de esas manos) la Señora no advenga
tan visible
manos de hermano al rodear el vaso
¿se acuerdan? hemos ido a paso de cautela
a
sostener me apresto, vacila, nada miro
como quien nada mira facilito la
puerta
su
sonrisa resigna hermano, su sonrisa
su
oleaje duradero
su
pena sucesiva
tropieza túmbase sentado amarrando mi brazo
mi
asombro demudado mis
dientes inauditos
nada digas -me dice- a ella nada digas
en
el bar en la tarde
en
esa austral batalla
esto va mal me dice
y
su sonrisa intacta
y
hablamos de la hija y de
tupac amaru
sí:
aunque no lo crean fue de tupac amaru
que hablamos esa tarde
cuando la vida quiso
ensayar la morienda
el
hilito final
*
ELLA, LA DEIDAD
del azufre y del escándalo
la
monja de las perversiones
nocturnas
monta a horcajadas a la
brujamuerte:
la
muerte ansía penetrarla súbito
poseerla en saña prenupcial
en
muchedumbre y lava solitaria
Sólo un instante la posee luego
se
libera de un salto de un
aullido
a
caderazo limpio ella se libera
Sabe ella muy mucho, es
evidente
y
sin embargo nada
(ni buitres) nada sabe
Ni
del suicidio
de
la iguana sabe
no
sabe la oropéndola, el almizcle
la
entreabierta o verde celosía
Ella utiliza, en fin, piernas varias
y
un brazo en infiel desvarío
y
dientes raudos como el sol
Ella canta si quiere cantar
Si
no: calla
o
mira muy fijo
Ella es ella
en
su equinoccio ardiente
Ella es ella
y
no diré más nada
*
EN SU PLANETA DE
LIBERTAD
ella se siente -a
veces- sola. Ungida
por cálices antiguos,
por
hospitales
y terrores marinos
Oculta ella el fervor
de los muslos,
los senos ofrendados
al decreto del
instinto
Ella, la alcaldesa
de la velocidad
habita las llanuras del
aire
monta potros
sin freno ni
cabestro
Desdeña ella
todo límite
propicio a la
mutilación
Se acuesta
con los reyes del
planeta
Es desvalida, inédita,
implacable.
*
ELLA ALUMBRA TEMBLADERALES
te
inhuma en un osario de pasión
recórtate de un tajo en el album del
ayer
mientras deslinfa, distraída,
un
pálido
líquido
melífero
por tal motivo
sólo logras dormir si
en
la alta noche
rocías con olvido tu jergón.
(su aroma:
lo
más arduo
de
extirpar)
ella huele a pasión y luz de vela
desmantela a tu navío
estrellado en las rocas del fiordo.
Le
reza allí
a
tu cadáver húmedo
Su
amor persiste
como un odio.
*
¿ES UNA NADA QUE SIMULA UN TODO?
¿El sólido vacío en que algo nace?
vuela tu mano, sangra, reza, yace:
alma prensil con que escribís tu todo
mejor dicho: te escribe -mano a codo-
la
palabra-poema, donde pace
tu
buey tan ojos que el dolor enlace,
que lo lleve a otro mundo, donde el modo
de
ser vos mismo es, sin más, ser nadie
y
allí al fin te disuelvas, luz y estrella
amando el raro amor que otorgó vida
a
tu otro-yo: tu muerte renacida.
Jamás la muerte resultó tan bella.
Vivo estarás, mientras tu muerte irradie.
*
SE
EVADE UN HOMBRE POR SUS PUPILAS
(mientras duerme y apenas calla el gallo).
Yace su cuerpo; escápase
de su engañoso
"yo"
A través de ojos boca gozosa planea
su carnadura astral
Merodea entre un aura de
aves y árboles no presentidos
Impídele la cobardía volar más lejos
Vuelve a ingresar por ojos boca
en el yacente
cuerpo.
Jorge Ariel Madrazo.
(Buenos Aires, Argentina, 1931). Poeta, narrador y traductor. En
poesía publicó Orden del día (1966), La Tierrita (1974),
Espejos y Destierros (Caracas-Bs.As., 1983), Blues de
Muertevida (1984, premio Nacional-Regional); Cuerpo Textual
(1987, LAR - Chile, premio Municipal); Cantiga del Otro (1992,
premio Ed.del Dock); Piedra de amolar (1995); Mientras él
duerme (1997); Para amar a una deidad (1998, Premio Fondo
Nacional de las Artes 1998) y De mujer nacido (Alción, Córdoba,
2003). Participó de encuentros internacionales y fue traducido al
inglés, italiano, francés, portugués y macedonio. Virtió al castellano
poemas de Allen Ginsberg, Mateja Matevsky y Floriano Martins, entre
otros. Es miembro del Consejo Editorial de la revista Trilce
(Concepción, Chile), así como editor consultante de otras
publicaciones y antologías del país y del exterior.
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