PATRICIA GUZMÁN

(Caracas, Venezuela, 1961)

 

de Canto de Oficio

(Pequeña Venecia, Caracas, 1997)

 

A los ángeles en su conjunto se los llama cielo

(Me fue dado verlos)

Balbucientes llaman

 

Te ha sido asignado un nardo

 

Balbucientes llaman

 

Ayuna cuando ames sola

 

Fortalece tus animales

(Cuidarán de tu esposo mientras viajas)

Lava las tazas

Sirve

Inclínate

Retira las tazas el nardo los animales

(Me fue dado verlos)

 

 

 

 

* * *

 

 

Mi esposo me ha dicho que me mire en la copa

La copa no es para beber

La copa es para mojarse los cabellos en ella

Quien bebe conoce su filiación

Yo no conozco la mía

No me importa que los caminos finalicen

Allá hay un ala

¿A quién se le desprendió?

El ala cayó en la copa

Mi esposo me ha dicho que me mire en la copa

La alcoba está oscura

Estoy aprendiendo a callar

 

 

 

* * *

 

 

¿Por qué el aire está lleno de almas?

Si no me responden voy a arrastrar la flor de lis

Si no me responden voy a arrastrar la flor de lis

Sé que son muchas las formas del enigma

Sé que debo cuidar de lo débil

Cierta vaguedad hay en la inocencia

Los inocentes apuran el sufrimiento

¿Quién les habrá dicho que las rosas crecen, no viven?

Las mentiras deben ser grandes

Las mentiras deben tener la arquitectura de lo sagrado

Así las flores pueden crecer hacia arriba

Así los ojos pueden crecer hacia arriba

Así nos soñamos a nosotros mismos

Canto, canto de augurio

 

 

* * *

 

Yo he querido aprender a cantar, siempre he querido

Y se lo he dicho a mis hermanas

Les he dicho que me escuchen

Les he dicho que me avisen que canto

Les he dicho que no me besen en la boca mientras canto

Que no inviten a nadie para que me oiga

Yo he querido aprender a cantar, siempre he querido

No sé por qué no me oyen

Si sé que a la voz se la llama con la mano

Si yo no voy a entrar en el cielo de nadie

Si yo no voy a tomar el agua de los demás

El canto es bueno

Y uno no olvida estar triste

 

 

del libro

 

La Boda

(Casa Nacional de Las Letras,

Caracas, 2001)

“Así olvidaron los hombres que todas las deidades

 residen en el corazón”

William Blake

 

 

 

Yo tenía un Esposo,

 

Pero no me había casado

 

Las bodas sólo se celebran                 Cuando llega la muerte

 

 

 

 

A mí la enfermedad me obsequió unas alianzas

 

El cruce de alianzas debe oficiarse bajo el Ala Derecha del Ángel

 

Las únicas flores permitidas son las Rosas Rojas que su pecho Santa Catherina de Siena

 

 

 

 

Llevo entre las manos Malabares  Nardos  Malvas  Azahares

 

Un follaje de Azulejos  Canarios  Cristofué

 

Mis Hermanas son las Damas del Cortejo

 

Mi Madre, la Madrina

 

(Mientras camino hacia el Altar, Paula la amable arroja dátiles y avellanas augurando /

                                                                                               un matrimonio fructífero)

 

 

 

 

La Hermana que me Sigue tiene un Corazón que nada en agua dulce

 

–Es mi Santa– Es más Santa que la Negada de Lisieux

 


 

 

 

 

Ella me llevó al Hospital          Ella me sacó del Hospital

 

Ella me sanaba

 

Ella sanaba mi Herida

 

 

(Cuando entré al quirófano le pedí perdón al Ángel por haberlo tuteado)

 

(Cuando entré al quirófano imploré mirando al cielo:

 

                                                         Porque se cierre la herida del Ángel

                                                                             

                                                         Porque se cierre la herida del Ángel)

 

 

 

 

Quizá era necesario que me abrieran la cabeza

 

Los Azulejos Canarios Cristofué necesitaban tomar aire

 

Los Azulejos Canarios Cristofué necesitaban asistir al Banquete

 

Mi Abuela sirvió manjares y Mi Hermana Mayor encendió los Candelabros de Plata

                                                                                                          

Alrededor de esos Candeleros brillaba la escarcha que esparce la Rosa

 

 

 

“El Ojo Izquierdo de la Señora está Vivo”

 

“El Ojo Izquierdo de la Señora está Vivo”

 

 

 

Llegó el momento de la Danza

 

Bailé con mi Padre

 

Alrededor mío daban vuelta muchos Niños

 

(Mi corazón dice que Él vino a anunciarme que podría tener un Hijo)

 

 

 


 

 

 

 

 

Quiero un Hijo para Celebrar la Vida     –ese don llamado Salud–

 

He preparado la ceremonia del Bautizo

 

Durará cien días y sus noches

 

 

Mis Hermanas y los Hermanos de mi Esposo llevarán cada  uno un cirio encendido

 

 

Diré:   “Lo íntimamente bello se desintegra como la flor”

 

Mi Esposo responderá: “Recuerda que la Flor es como un elixir espiritual /

                                                                      que le saca a uno de la muerte/

                                                                                 y que preserva la vida”

 

Pediré que el Niño sea lavado por los hijos de mis Hermanas

 

Mi Esposo le otorgará un Nombre Secreto

 

                                                                susurrado en mi oído al final de la ceremonia

 

(Al final de la ceremonia Mi Esposo y el Niño usarán ese nombre /

                                                               para que vuelva mi rostro)

 

 

 

Agobiada por la fe, debo hablar de amor

 

Agobiada por la fe, no dejo de aclarar mis manos

 

Agobiada por la fe, me dispongo cada mañana a exhumar todos los pájaros /

                                                                                que murieron en mi jardín

 

 

 

En mi jardín quedó sembrada la memoria que perdí

 

Mi Esposo le contará al Niño que hubo un tiempo en que no estuve

 

Mi Esposo me ha contado que sí estaba, que estaba mi sonrisa y mi obediencia

 

 

 

 


 

 

 

(Antes dije que estaba cansada, que camino poco, que quiero aprender a cantar)

 

Mi Esposo le contará al Niño que en esos días cortó dos Malabares para mí

 

 

Sí, obedecí las órdenes de mi Esposo

 

(Sólo le discutí –cuenta él– abandonar mis perfumes)

 

(Antes dije        Los perfumes se ofrecen como oraciones)

 

(Antes dije        Aquí si tengo que orar me perfumo)

 

 

 

Dejé que me abrieran la cabeza

 

(Mi Esposo vigiló el trazo con premuras de amor)

 

Dejé que me abrieran la cabeza

 

(Mis Hermanas me sujetaron a la vida con sus manos)

 

(Mis Hermanas me colocaron un crucifijo entre las manos)

 

 

 

El Médico le devolvió a mi Esposo el espesor del despojo:

 

                                                                                           Mi Cabello

 

(Prueba de sus cuidos, pedí para él que se cerrara la herida del ángel)

 

El Médico aún debe estar operándome

 

(¿Suturaría el Médico la herida del ángel? –Le aconseje emplear hilo de oro–)

 

(¿Se persignó el Médico antes de abrirme la cabeza?)

 

(¿Habrá orado el Médico?     ¿En qué idioma habrá rezado?)


 

 

 

 

El Médico aún debe estar operándome

 

Debo avisarle:

 

                        Regresé, me estoy vistiendo para mi Boda

 

Llevaré puesto un collar de Protección y Delicia

 

 

 

“Necesito ese anillo delirante

 

Para la oculta sombra de mi mano...”

 

 

A la luz de quince velas dormiré a mi Hijo cada noche

 

Le pediré a mi Esposo que encienda la vela blanca, la vela María

 

                                                                               Esa otra

 

                                                                   en lo alto del Tenebrario

 

Oremus

 

Oremus

 

Para elevar su alma a Dios

 

Repetiré una oración mental y mi Esposo alzará la voz fervorosamente

 

 

Para elevar su alma a Dios

 

Repetiré una oración mental y mi Esposo alzará la voz fervorosamente

 

 

 

(Dije que iría a mi Boda      Sola de Sueño       Con el ala alta

 

                                                                           Con el ala alta)

 

(Dije que taparía con las dos manos la copa      Con el ala alta

 

                                                                            Con el ala alta)

 

(Dije      Te besarán los débiles)


 

 

 

 

 

Dejé que me abrieran la cabeza

 

Sería grande mi pena corporal

 

Dejé que me abrieran la cabeza

 

Sería grande mi contento espiritual

 

 

 

“... a los bordes de la mesa

 

Alguna sola flor de tramo duro.

 

Yo repito:  ‘Me duele la cabeza’

 

 

 

Yo repito: Me duele la cabeza

 

Yo repito: Me duele la cabeza

 

 

La Boda no puede celebrarse sino después de que me abran la cabeza

 

(El Médico aún debe estar operándome)

 

Ahora puedo llevar sobre la frente la diadema de tela blanca

 

                                                    En señal de matrimonio

 

(Debo avisarle al Médico que regresé y se está oficiando la Ceremonia de Velaciones)

 

Ahora el Esposo puede llevar sobre los hombros la banda de tela blanca

 

                                                   En señal de matrimonio

 

 

(Mi Esposo y yo ya nos habíamos casado

 

Nuestro matrimonio se llamaba Matrimonio de Conciencia:

 

“El que por motivos graves se celebra y tiene en secreto”)

 

 


 

 

 

Mis Hermanas me cubren con un velo durante la misa nupcial

 

Mis Hermanas cubren al Esposo con un velo durante la misa nupcial

 

(No podré ver el rostro de mi Hijo hasta reparar las ofensas cometidas

 

                                                                                        al Santo Rostro

 

                                                                                        al Santo Rostro)

 

 

No hay que mirarle      No hay que buscarle

 

Está fuera de mi alcance

 

(A Él corresponde buscarnos)

 

(Y he de sentir imperturbable consuelo sabiéndolo lejos de mí

 

                                                               Lejos de mis miserias)

 

 

(Dije        No soy buena con mi Esposo

 

                No soy buena con mi Esposo)

 

 

No debo manchar la perfección

 

No debo manchar la gracia divina

 

 

“Llamarle pura y simplemente

 

Sea una llamada y un grito pensar en Él”

 

 

Que pueda yo

 

(Haz de mí lo que quieras)

 

Que pueda yo

 

 

 

 

 


 

 

 

 

(Dije      Si escojo al señor escojo las maneras de servirle)

 

(Dije      A esta criatura no se le ha hecho donación alguna

 

              Dolida de sí

 

              Aprende padeciendo)

 

 

Que pueda yo

 

Que me guarde

 

Que me favorezca

 

 

 

“Cuando vos queréis, Señor, presto sanáis la herida que havéis dado/

 

                                               antes no hay que esperar salud ni gozo/

 

                              sino el que se saca de padecer tan bien empleado”

 

 

Hallaré consuelo en la rosa

 

(Las rosas son buenas

 

Llena de oraciones el jardín    –dije)

 

 

Hallaré consuelo en la rosa

 

(Me acuesto para no verla morir   –dije)

 

La rosa será mi confidente

 

 

La rosa –aún muerta– será mi confidente

 

La contemplo

 

La venero

 

La obligo a verse en el espejo

 


 

 

 

Debe saber que huele a Santidad

 

Debe saber que derrama silencio

 

Debe aprender a inclinarse

 

Debe aprender a santiguarse

 

 

 

Mi Esposo     Cree que la rosa se murió

 

Le coloqué al Esposo una rosa de oro entre las manos  –¿recuerdan?–

 

Ilumino al Esposo con la rosa

 

Preparo al Esposo para la Boda

 

Le enseño al Esposo a orar por ella

 

Le enseño al Esposo a orar con ella

 

 

 

Soy guardia y custodia de La Virgen de la Rosa

 

Soy guardia y custodia de La Virgen orante

 

 

 

He de encontrarme con el Esposo ante la Puerta Dorada

 

(Recojo los ángeles caídos en el umbral

 

Hago lo que puedo

 

Todos los que me dejan me aman

 

Duermo (por ellos) con la puerta abierta   –dije)

 


 

 

 

Ha de esperarme el Esposo ante la Puerta Dorada

 

Antes de iniciarse la Boda le abriré las alas a la Virgen para ver en su interior /

                                                                                              al Hijo crucificado

 

 

 

La Boda ha de ser diurna

 

La Purísima cubrirá a mi Esposo con su manto

 

La Purísima nos guardará

 

El manto de la Purísima huele a jazmín

 

El manto de la Purísima embriaga al Esposo

 

 

 

La Virgen del Canario quiere que la Boda se celebre en el jardín

 

La Virgen del Canario me bendijo con un poco de romero para que no olvide

 

La Virgen del Canario me bendijo con un poco de romero para que sea fértil

 

 

 

Antes de iniciarse la Boda debo confesarme

 

Antes de iniciarse la Boda debo confesar un sueño que se me quedó despierto

 

Antes de iniciarse la Boda debo confesar que soñé a mi Hijo

 

                                                   Sosteniendo entre sus brazos mi cuerpo muerto

 

 

Patricia Guzmán (Caracas /1960). Autora de cinco libros de poesía: De mí, lo oscuro (Pen Club / 1987), Canto de oficio (Pequeña Venecia / 1997), El Poema del Esposo (Pen Press /1999 y 2000), La Boda (Casa Nacional de las Letras / 2001), Con el ala alta Obra poética reunida 1987-2003 (El otro & el mismo / 2004) y un volumen que compila autobiografías apócrifas (“Yo, el Otro” / Alfadil/1992), títulos que han merecido la atención de la crítica internacional que distingue su voz, tanto en los poemas breves como en los extensos, como infatigable e impregnada de resonancias de la literatura mística de Occidente.

 Formada como Comunicadora Social obtuvo el doctorado en Literatura Hispanoamericana en la Universidad de La Sorbona. En su trayectoria profesional destaca la dirección de secciones especializadas en arte y de suplementos literarios de los más importantes periódicos venezolanos.

 Con rango de Profesor Agregado investiga y dicta clases en la Escuela de Comunicación Social de la UCAB.

 

 

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